Ayer, haciendo mantenimientos y readaptaciones de la Consulta, me encontré con mi entrenador de tenis (querido y gran entrenador Jose Luis Gimenez), y de forma irónica y con un tono de nostalgia me dijo “¿! qué, un tenis?!”
Despertó en mí una sensación de añoranza y deseo. Me imaginé por un breve momento, un flash, cogiendo la raqueta, con la red delante y la pista inmensa de tenis a mi alrededor. Pues tenía ganas, pero si os soy sincero, no me veo jugando al tenis ahora mismo. O no como jugábamos antes de este confinamiento.
Cuando por fin podamos volver a la actividad deportiva al aire libre, ojalá tengamos presente que llevamos más de un mes desempeñando deporte dentro del hogar. Digamos que nuestra Carga Crónica Actual, es lo que hayamos hecho este tiempo. Por lo tanto, todo lo que no hayamos hecho durante nuestra estancia en casa (en mi caso particular: correr), resultan fuerzas y tensiones nuevas para nuestro aparato locomotor.
Nuestras estructuras motrices (cartílagos, tendones, músculos, ligamentos, capsulas, huesos, nervios, fascias…), se adaptan progresivamente al movimiento al que las sometemos, es decir al movimiento que desarrollamos. Se generan reorientaciones de las fibras, puentes, engrosamientos en las zonas de máxima carga, deslizamientos inter-estructurales… Gracias a ello nuestras componentes son capaces de soportar bien los acelerones, cambios de ritmo-dirección, tiempos de exposición al deporte, etcétera.
Dicho esto, lo que ocurre en “in crescendo” también ocurre en “des crescendo”. Y tras cuatro semanas podemos estimar que nuestras estructuras motrices se han adaptado plenamente a nuestras rutinas deportivas del hogar, habiéndose desadaptado a las rutinas deportivas previas al confinamiento.
También quiero subrayar, que es aceptado y cada día adquiere mayor evidencia la idea de que nuestra musculatura tiene memoria (https://www.infobae.com/salud/fitness/2018/02/21/existe-la-memoria-muscular-la-respuesta-de-la-ciencia/). Es decir, habiendo desarrollado una actividad de alto rendimiento, nuestra musculatura desarrolla la capacidad para progresa más rápidamente al retomarla, a pesar de haberla abandonado durante cierto tiempo. Es un concepto muy muy interesante. El cuerpo humano es fascinante.
Por lo tanto, os recomiendo que las primeras dos semanas de vuelta a la carga deportiva sean actividades individuales, no competitivas, donde cada individuo pueda adaptar la carga externa a sus sensaciones de carga interna, y progresar así sin caer en lesiones.
Nuestras fibras corporales se formarán y orientarán en base nuestras nuevas necesidades y exigencias posconfinamiento, nuestra coordinación cuerpo-mente volverá a fluir…y todo ello al ritmo propio de cada uno de nosotros. Los pulmones, corazón, riñones…agradecerán también nuestra vuelta a la carga y más aún si es de manera progresiva.
Ya queda menos. Hagámoslo bien. ¡Ánimo, salud y progresión!